miércoles, 13 de junio de 2018

Rituales para la profesionalización fotográfica


Este semestre me sirvió mucho para aprender acerca de los rituales con los que se le da profesionalidad al quehacer fotográfico. 

Uno de ellos es la creación de pruebas de autor, que funcionen como muestras de nuestra obra para enseñarle a curadores y galerías, con tal de hacer exhibiciones o poner obra a la venta. Estas impresiones deben tener la misma calidad de impresión y en el mismo papel que las impresiones a tamaño real. 

Para esto es necesario tener una carpeta del tamaño de esas impresiones, forrada por dentro con materiales libres de ácido. Esta carpeta debe tener unas lengüetas para sostener las fotos y que éstas no rosen entre sí ( eso haría que el acabado de los colores obscuros en la imagen se rayara, o se desprendiera poco a poco).

Con los conocimientos que tengo de encuadernación, hice una carpeta-prueba de 8" x 10", de la que más adelante subiré fotos.


Otra de las enseñanzas importantes es la manera en que se imprime, según los estándares, la fotografía en el papel, y los márgenes que se le dejan para que ésta pueda respirar. 
Normalmente se usa el 75% del espacio en la fotografía misma,  dejando aproximadamente el 10% de espacio en el margen superior y a los lados, y el margen inferior se le deja  el espacio sobrante. 









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