sábado, 7 de junio de 2014

Opinión del Curso

Cuando supe que en segundo semestre iba a tener la materia de video, nunca pensé que me fuera a gustar tanto; de hecho nunca creí usar el video como parte de mi obra. Creo que muchos alumnos, antes de entrar al curso, pensábamos que no íbamos a hacer video porque no teníamos ni idea de lo que era, y de como lo han usado como medio subversivo y crítico a lo largo de los años. Me pareció muy acertado en el plan de estudios, que nos enseñaran la Historia del video arte, para así darnos una idea de cómo lo han ido usando y como ha progresado con el tiempo, al principio, como una forma de experimentación, donde el propio cuerpo de los artistas se convertía en el dispositivo para expresar y descubrir todas las posibilidades que el video podía ofrecer al quehacer artístico, por ejemplo que puede ser reproducido infinitas veces en diferentes lugares al mismo tiempo. El curso en general me agradó mucho, aprendimos a usar nuevas herramientas, conocimos el trabajo de los videastas más importantes, sus propuestas y sus formas de manejar la cámara, la edición, la narrativa, etc. Me gustó tener la libertad suficiente para poder experimentar con los programas y encontrar en ellos la forma de expresarnos justo como teníamos pensado. Itzel y Marco, el encargado de foto, siempre estuvieron cuando los necesitábamos para resolver dudas y ver la manera de pasar nuestras ideas a algo práctico. Con su ayuda, nuestro videos finales fueron yendo en la dirección que cada alumno buscaba, y se fueron resolviendo las dudas que a cada quien le iban surgiendo. Tengo una queja respecto al taller de video, porque las veces que fui a pedir ayuda estaba cerrado, o no había nadie. Por el contrario, el taller de foto estaba disponible siempre. Creo que al taller de video le falta organizarse mejor, y no tiene el cupo ni la atención suficiente. Una sugerencia es que el horario dividido en clases de dos horas, como lo habíamos tenido el semestre pasado, me pareció mejor, ya que al haber mayor número de sesiones, puede haber una mejor revisión de avances, y ayuda a que podamos estar concentrados durante más tiempo y aprovechemos mejor las sesiones. Las conferencias magistrales me agradan mucho. Nos sirven para poder ver lo que están haciendo otros grupos y complementarlo con nuestra experiencia propia, que podamos compartir autores, videos, técnicas, y que veamos lo que se está haciendo en el campo del video contemporáneamente, incluso desde el punto de vista de ex-alumnos de "La Esmeralda". El problema que yo le veo a las conferencias es, en primera, el horario. Los viernes a las 4:00 pm son un mal horario, y sin importar que tan interesante esté la conferencia, los alumnos ya están cansados, y con ganas de irse. También creo que el hecho de obligatoriedad de la conferencia debería regularse, ya que al final acabamos yendo sólo los alumnos del Prof. Di Castro. Esto me parece deficiente, ya que las magistrales están planeadas para que compartamos conocimientos entre la generación completa, y no sólo entre los que estamos en el mismo grupo todo el tiempo. O si en todo caso, las conferencias estuviesen hechas para un solo grupo, sugiero que se acomoden a un horario que resulté cómodo para dicho grupo.